Prisionera de mí misma soy en mi propio cuerpo vivo desterrada. Carcelera ciega y muda queriendo ser olvidada. Prisionera del recuerdo de un ayer no muy lejano de besos y caricias de otro cuerpo de otras manos. Del contacto piel con piel del sonido de una voz del recuerdo de unos besos del aliento de unos labios. Prisionera de mi angustia prisionera de mi rabia prisionera de contradicciones de desvariados pensamientos. Prisionera de sentimientos prisionera en una lucha feroz por salir victoriosa en la batalla para romper, así, los grilletes que me mantienen en mi celda encadenada. Imagen de la red
Letras que discurren por un mar a veces calmo a veces tempestuoso por el que fluyen sentimientos y emociones que navegan al son en que late el corazón durante el temporal y la calma.