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Mostrando entradas de febrero, 2019

EL SALTO

Se preparó para dar el salto que la precipitara al abismo. Sentía en su Soy más profundo que ya había esperado el suficiente tiempo como para lanzarse y descubrir lo que la esperaba allá, en el fondo, donde parecía eternizarse el vacío...o quizá no había tal vacío y solo era un producto de su imaginación a través de la cual se veía precipitándose por un enorme hueco sin fondo en el que la caída no tenía fin. Poco importaba, ya no cabía hacerse más preguntas, más cábalas sobre posibles, estaba lista para saltar sobrevolando por encima de sus fantasmas, las pesadillas que la persiguieran en miles de tiempos. El salto ya dejó de ser un acto de desesperación, el agotamiento de tanta batalla interna no le permitía desesperarse, solo quería volar, ser libre, lanzarse al vacío si es que lo había. Quería comprobarlo por sí misma, no por lo que su manipuladora mente quisiera mostrarle en su empeño de hacerle ver  una realidad que no era de su pertenencia sino que era

ESCAPE

Engulló la noche su sombra, se jactó victoriosa de tener el poder de aniquilar y hacer desaparecer lo visible en las inmortales horas, engulló los sonidos y dejó sin respiración el tic-tac del decadente reloj que olvidado y cubierto en polvo  quedó encima de una mesita melancólica portadora de un tiempo obsoleto. Vio desaparecer ante sí el último rescoldo de un ayer sin construir, etiquetó el insomnio como parte perpetua de su anochecida primavera y se reclinó ante un espejo que ocultaba su imagen para no ser descubierta por las incertidumbres que habitaban su pensamiento. Se acicaló con esmero y preparó su alma para salir del oscuro lugar en el que el desgaste vital la sometiera. Escapó del lúgubre lugar, al final del túnel se hizo la luz y se abrazó a ella con fuerza, luz de amor que su alma envolviera, eternidad con la que se unió en un viaje del que no cogió billete de vuelta.