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Mostrando entradas de enero, 2019

EN LA ORILLA DEL MAR

Me senté en la orilla del mar ¡se estaba tan a gusto allí! escuchando el vaivén de las olas, observando el punto en el que el mar y el cielo se unifican y en el que tan difícil resulta distinguir a quién de los dos corresponde el azul. La grata sensación de placer y bienestar que me produce el contacto de esa inmensidad marina siempre fue único. Despierta en mí un sinfín de emociones mágicas y placenteras, tal es el efecto que en mi interior se produce que nunca pude imaginar mi vida lejos de su contacto.  El mar, quizá, como dice Serrat en su Mediterráneo, quizá porque mi niñez la pasé jugando en su arena, quizá porque crecí bajo el efecto de su aroma, disfrutando del sabor a sal de sus aguas, será porque aprendí a amar el mar con tan solo contemplarlo, con tan solo adivinarlo cuando lejos me encontraba. Será porque me acogió en su manto de espuma blanca y me acunó y protegió cuando más lo necesitaba. Será porque supo escucharme y se convirtió en amante confid