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Mostrando entradas de febrero, 2020

EN MEDIO DE LA NADA

En medio de la nada, así se siente mi alma, perdida, náufraga, a la deriva, en medio de la nada sin saber de qué materia está compuesta, si es oscura, diáfana, dulce o amarga. Ciega mis pupilas la luz interponiéndose en la inmensidad del horizonte. No alcanzan mis ojos a contemplar su imagen, en medio del desierto de pensamientos, emociones y enigmas sin resolver que se esconden no sé en qué rincón del todo o de la nada. Posiblemente haya perdido la razón y mi mente elucubra desinhibida de la lógica y la razón que pudiera acompañar la locura elaborada, ¿he perdido la cordura o he recuperado el juicio? Debe ser esta inmensidad que asola mi alma en estado de alerta por las respuestas que eternizan la espera y alargan el tormento. No hay noción del tiempo, ninguna hora marcan las saetas del reloj, el engranaje se detuvo en algún punto del Universo. Se evaporan mis recuerdos, sólo sé que estoy aquí, perdida o quizá en un reencuentro con el alma que habita en este agotado

LA MULTITUD

Vagaba perdida entre la multitud, no sabía en qué lugar ni en qué tiempo ni en qué espacio se hallaba, la multitud la envolvía en un agobiante ir y venir a toda prisa, escuchaba voces por doquier que mirara sin saber de dónde provenían, los entes que la rodeaban parecían enloquecidos, vociferando y hablando solos con unos desconocidos artilugios que acercaban a sus oídos. No entendía nada, se había despertado aquel día tras largos años de hibernación en su viaje intergaláctico y el mundo que conoció parecía haberse desplomado y desaparecido ¿Estaría bajo los efectos de alguna clase de psicofármaco? ¿Dónde narices había aterrizado? ¿En qué planeta o en qué mundo  se hallaba? ¿Se habría descontrolado el cuadro de mandos y se había desviado de la ruta marcada? ¡Malditas máquinas, pensó! ¡Qué horror! Cómo volver de nuevo al mundo que había programado antes de que le inyectaran la vacuna contra la incomunicación? No podía ser cierto lo que estaba ocurriendo, pensó en pellizc

TIEMPO Y PENSAMIENTO

Caen las horas ahogando los gritos, encadenando la voz sometiéndola al pensamiento. Se deslizan por los desniveles de la memoria y se recrea en su intento de dominar la situación, el tiempo pierde su valor, su ausente presencia no se tiene cuenta. El tiempo amorfo gana terreno desde su invisibilidad, manteniendo su constancia sin desvelar su identidad, no tiene color, no tiene rostro, no tiene edad ni sombra solo deja su rastro en el espejo desvirtuado de las horas. Se deforma en el transcurrir y se desborda por latitudes en otras dimensiones diluyendo las distintas realidades por las que se filtra la memoria. Nada parece que cambie, en apariencia todo es inmutable, sin embargo, todo gira y avanza sin que el movimiento se perciba en la levedad y sutileza con la que el tiempo sin tener presencia inexorablemente avanza. Nada puede detener el movimiento, siempre la misma constante, el mismo ritmo que se percibe en función de la prisa o la desgana. Lentitud desglosada

ALAS ROTAS

Quiso iniciar el vuelo sin darse cuenta que rotas tenía sus alas. Quiso subir a la montaña más alta para  elevarse desde la cumbre hacia el espacio infinito y posar su cuerpo en la estrella más brillante que en el firmamento rutilaba. Quiso dibujar sueños en la nubes con brocados de ilusiones y de esperanzas, modelar con suave arcilla nuevas constelaciones en las que permanecer anclada hasta un nuevo mañana. Quiso ser parte de un cometa y viajar por la galaxia hacia el lugar en que sus sueños relegados quedaran. Navegaba en su mundo en una pequeña embarcación intentando deshacerse del lastre que consigo arrastraba, arrojarlo por la borda y aligerar su equipaje antes de que en la travesía su nave naufragara. Posó la mirada con atención en sus amputadas extremidades preguntándose si algún día de las heridas crecerían nuevas alas. Alas invisibles que su vuelo truncaron al quebrarse las ilusiones en mitad del ensueño. El estrepitoso aterrizaje dejó secuelas en su cuerpo