En el fragmentado espacio donde discurre el devenir de todos los acontecimientos se disuelve el tiempo dejando tras de sí el breve rastro de lo efímero, de lo vivido. En un soplo de aire queda contenido todo el flujo de experiencias adquiridas, en un leve suspiro retenido se condensa el pensamiento en el antes y el después de otros tiempos. Todos los tiempos agolpados en un mismo momento, ahora, solo ahora, un segundo pasado ya es historia y el siguiente siempre es el ahora. Todo quedó transformado, la mutación se evidencia en la memoria de la piel, en el sentir, en el cansancio de ciertos trayectos. Los pensamientos acuden en horas intempestuosas pronunciando su sentencia, bien o mal, bueno o malo, los juicios de valores se adhieren a la mente convirtiendo ese tiempo que se evapora en un tiempo de no-retorno, el pasado ya no existe en el momento en que se produce el choque entre las fronteras invisibles del no-tiempo ido y no llegado. Las mareas se disuelven con la ...
Letras que discurren por un mar a veces calmo a veces tempestuoso por el que fluyen sentimientos y emociones que navegan al son en que late el corazón durante el temporal y la calma.