FRAGMENTADO ESPACIO

En el fragmentado espacio donde discurre el devenir de todos los acontecimientos se disuelve el tiempo dejando tras de sí el breve rastro de lo efímero, de lo vivido. En un soplo de aire queda contenido todo el flujo de experiencias adquiridas, en un leve suspiro retenido se condensa el pensamiento en el antes y el después de otros tiempos. Todos los tiempos agolpados en un mismo momento, ahora, solo ahora, un segundo pasado ya es historia y el siguiente siempre es el ahora.

Todo quedó transformado, la mutación se evidencia en la memoria de la piel, en el sentir, en el cansancio de ciertos trayectos. Los pensamientos acuden en horas intempestuosas pronunciando su sentencia, bien o mal, bueno o malo, los juicios de valores se adhieren a la mente convirtiendo ese tiempo que se evapora en un tiempo de no-retorno, el pasado ya no existe en el momento en que se produce el choque entre las fronteras invisibles del no-tiempo ido y no llegado.

Las mareas se disuelven con la lentitud de la letanía de unas horas inexistentes, el náufrago recoge las pertenencias que le quedan y comienza un nuevo periplo ligero de equipaje, cada vez menos lastre, cada vez más desnudo, más consigo mismo, menos dispuesto a regodearse de los frutos obtenidos sin sentido ni necesidad de cargar con ellos por más tiempo.

En el fragmentado espacio por el que discurre la mirada furtiva se desprenden como hojas caídas en otoño todos los sinsentidos y cobran nuevo significado las instantáneas que en el mismo instante recupera la retina.

Se aglutina en la vista la fijación entrante de la nueva perspectiva, frente a sí se muestra y se observa como la fase preparada para dar comienzo al camino, el silencio se cierne en torno a sí y nada la detiene, sólo camina y camina en dirección a su destino sin distracciones pasadas que entorpezcan su camino.

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