Sentada en tu orilla
Y mecida por el
arrullo de tus aguas
Me haces partícipe de
tus lamentos.
Me hablas con
impotencia de tus pesares
De tu sufrimiento
No quieres continuar
siendo
El cementerio de más
vidas humanas.
Contemplas día a día
horrorizado
Como mueren las
esperanzas
De los deshauciados
por las guerras
Y lloras con desesperación
Y tu llanto se
convierte en maremotos salvajes
Tus cálidas aguas se
tornan más bravas
Ya no tienes control
sobre tu impotencia.
Me haces tu
confidente
Y lloro contigo
Hago mío tu dolor
Y quiero gritar
contigo
Quiero ser el eco de
tu rabia
Quiero contarle al
mundo
Que no quieres ser el
destino de más vidas sin esperanza
Que no quieres mecer
con tu vaivén
Más víctimas
olvidadas.
Imagen de la red
Un gran poema solidario este tuyo, amén de bello, querida Marina. Yo también me sumo a ese llanto por quienes no tienen ya ni esperanza. Comparto con el mayor de los gustos, amiga mía. Muchos besos y muy feliz semana :-))
ResponderEliminarGracias por tus palabras Mayte y por tu gesto de solidaridad al compartir estas letras con sabor a la triste tragedia que se repite diariamente. Besos miles y feliz semana para ti también amiga.
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