Imagen de la red
Moldeamos ídolos
con manos de artista
con manos sabias
del mejor escultor.
Escogemos para ello
el más bello y fino mármol
extraído de nuestra cantera,
de la cantera onírica
creada en la
imaginación.
Ideamos seres de
aparente deidad
les damos forma
y esencia humana.
No olvidamos detalle alguno
vestimos de emociones su alma,
si es que hay alma en lo divino.
Con las manos del deseo
y esencia humana.
No olvidamos detalle alguno
vestimos de emociones su alma,
si es que hay alma en lo divino.
Con las manos del deseo
damos vida a nuestro dios.
Criaturas de ficticia belleza.
Seres de defectuosa perfección.
No atisbamos el espacio huero,
la falsedad que anida en su interior.
Dejamos de soñar
al
comprobar
el resultado final de la obra.
No hay escultura perfecta,
No hay escultura perfecta,
la finura marmórea se
ha convertido en fango.
Fango endurecido
que no soporta el golpe
y
en su caída
y
en su caída
se resquebraja,
se descompone,
se descompone,
se hace añicos.
En su agónico declive
se precipita al vacío
se difumina y se esparce
en polvorienta nube a la deriva.
Busca el espacio abierto
en el que habita el olvido.
Perplejidad y asombro
En su agónico declive
se precipita al vacío
se difumina y se esparce
en polvorienta nube a la deriva.
Busca el espacio abierto
en el que habita el olvido.
Perplejidad y asombro
de unos ojos desorbitados
quedan en la mirada incrédula
ante la demolición de una obra imperfecta.
Jamás volverá la figura moldeada
a ser imagen de
perfección
invento de ensoñación
de un alma ilusionada.
invento de ensoñación
de un alma ilusionada.
La decepcionante
comprobación
del burdo material de
su composición
desmitifica el ideal
moldeado.
No hay ídolos de
perfección
aunque la mente lo crea.
¡Ha muerto otra ilusión!
El grito ensordecedor del desaliento
penetra en el interior
desgarrando las entrañas.
El desamor se instala de nuevo,
El desamor se instala de nuevo,
hunde sus garras en el corazón
viejas heridas se abren
y
fluyen de su interior
oscuros y dolorosos mares
de lágrimas encabritadas.
y
fluyen de su interior
oscuros y dolorosos mares
de lágrimas encabritadas.
Mucho he disfrutado este poema, amiga. Qué bien!
ResponderEliminarAbrazos
Gracias por tu comentario amigo. Un abrazo muy grande.
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