Se inundan las noches de brillos especiales incitando al pensamiento a adentrarse en los recónditos lugares por los que la mente atraviesa como explorador y navegante que se lanza a la mar en busca de aventuras en una nave sin timón donde el rumbo lo marca su instinto de supervivencia. Se deja arrastrar por la marea que su mente le genera, la oscuridad no es absoluta, un haz de luz ilumina su interior, un pequeño faro que a lo lejos vislumbra la luz de amor que le guía.
En la noche callada la mente deambula en un contenido inducido por lo místico y misterioso del silencio que de entre la oscuridad aflora. El navegante avanza en su odisea nocturna, se adentra cada vez más en un océano desconocido y extenso; no se detiene en interrogantes, inmerso en sí mismo, aislado del mundo externo profundiza en la inmensidad que le rodea, surcando sin vacilar las incertidumbres, sin miedo a perderse en la travesía.
Intuye que no se leja de sí, intuye que está cada vez más cerca de su encuentro, cuenta con su propia luz, su luz interna que le llevará de nuevo de vuelta provisto de una mágica experiencia en la que despertará de la inconsciencia.
Se inundan las noches de brillos especiales que invitan a la ensoñación con la libertad de imaginar que es creador de su propia realidad, desperezándose del letargo con nueva percepción de ser en la concepción de conciencia plena al regresar de su exploración de nuevos mundos a los que su nave le lleva.
Imagen de la red
Hola Marina, adentrarse en la aventura interior sin controles preestablecidos, dejándonos llevar por esa sabiduría innata, esa intuición, que alumbra tan fuerte como la luz del sol, y que en la oscuridad de las noches, se enciende como un potente faro que nos guia y nos mantiene a salvo en la ruta correcta.
ResponderEliminarMe gustó esa representación de lo que bien pudo haber sido una meditación profunda, o un estado de silencio absoluto y placentero, ese océano inmenso y ese navegante seguro de si, confiado y sin miedos, surcando mares desconocidos, dejándose arropar por lo místico y por la misteriosa magia del reencuentro con su verdadero Ser.
Simplemente hermoso querida.
Te dejo un fuerte abrazo y que pases una linda semana. La imagen, bella y muy apropiada.
Hola de nuevo Harolina, la verdad es que sí, la noche tiene ese algo que incita a adentrarnos en nuestro interior hacia ese camino de paz en el que nos buscamos. La noche es misteriosa y a veces se producen esos estados sin entrar en meditación, es muy cierto lo que dices, quizá sea el mismo silencio que ya lo propicia pero ocurre y podemos escuchar voces internas muy reveladoras.
EliminarGracias infinitas por siempre estar mi querida amiga, por el regalo tan hermoso de tus sabias y valiosas aportaciones. Me alegra que te guste la imagen, la encontré bastante adecuada para el texto.
Abrazo inmenso a tu hermoso Ser y miles de besos que acaricien tu alma.
Mi alegre e incondicional amiga Marina (trasta como ninguna).
ResponderEliminarHas elegido una imagen perfecta para manifestar la idea que bulle en tu interior y que gracias a tu elegante prosa poética nos ofrece una visión muy clara y directa de lo que no solo a ti, sino a muchos nos sucede en estos tiempos de cambios importantes y renovación de energías cósmicas. Esta dura experiencia que nos está tocando vivir, después de haber pasado siglos en un estado de somnolencia y falta de conexión a la Fuente, algo similar a la metáfora utilizada por San Juan de la Cruz: "la noche oscura del alma", para describir un estado de conciencia espiritual, caracterizado por un sentimiento de soledad y desánimo.
Es indispensable afianzar la fe en nuestro sentido espiritual, sin permitir que el desasosiego nos confunda y que nuestra intuición sea la barca que nos acerque a puerto seguro.
Un abrazo infinito al Ser que habita en tu corazón y alimenta nuestro espíritu con tus hermosas letras. También te envío mis carretillas repletas de besos interestelares y multicolores provenientes de todas las partes de la galaxia.
¡Hola de nuevo mi queridísima y adorada trasta!
EliminarCreo que es precisamente desde esa oscuridad en la que nos sumergimos desde la que acabamos encontrando la luz ( la que ya nos habitaba sin ser conscientes) Los momentos duros propician ese viaje hacia el interior para hacer descubrimientos en nosotros de lo que somos. Es un viaje en el que se aprende la importancia de la conexión con la Fuente. Poco a poco los cambios se van manifestando y la visión de todo es totalmente diferente. La sensación de soledad se disipa al ser consciente del Soy que me habita. La intuición es la mejor guía en ese viaje, la mente ahí pierde su poder y control.
Con enorme gratitud y cariño te dejo un abrazo que envuelva tal Ser maravilloso y sabio que te habita y ¿cómo no? para ti, trastísima querida un cargamento bien repleto de besos galácticos que te lleguen desde todos los puntos de mi universo.
Muy feliz fin de semana, alma bella.