DEDICADO A MI MADRE
Cuando los recuerdos de toda una vida se confunden en la garganta profunda del tiempo el alma se manifiesta, habla y se hace escuchar. El alma sabe y no olvida, pueden desaparecer los recuerdos que la mente aprendió, pero la memoria del alma siempre está latente y dispuesta a despertar. Al contacto de un abrazo, de una caricia, al sonido de palabras expresadas con cariño los sentidos reaccionan transmitiendo información a todas las células despertando en el alma la memoria eterna.
Se me hace extraño, se me hace tan extraño tenerte frente a mí, sentada junto a ti, sintiendo tu mismo sentir sin que lo sepas, sin que te des cuenta del vínculo de amor que nos conecta. Me miras con una mirada improvisada, ausente de memoria reciente y me escuchas hablar sin entender el significado de la mayoría de conceptos. Confundida dentro de un limbo en el que todo se mezcla deambulan tus recuerdos y te quedas estancada en lugares y tiempos de tu infancia en los que te sientes aliviada.
Intentas buscar explicación de todo lo que sucede a tu alrededor, del torrente de aguas revueltas que circula por tu mente, me miras con asombro, sorprendida por la voz que en tu interior resuena y repites mi nombre sin conciencia plena. Hay momentos en los que sé que me reconoces, pero el instante se escapa, se desvanece al segundo siguiente, es un breve momento en el que la conciencia acude a tu mente y de nuevo se oculta tras el manto de olvido en el que te envuelves.
Quiero retenerte ahí, justo en el momento donde vuelves, pero te tornas, giras, subes y bajas en un torbellino de no saber qué ni dónde ni cuándo, la prisa te acucia, por ir ¿dónde? Siempre dices lo mismo: "Estoy cansada, quiero irme ya a casa".
Es una solicitud constante que me da que pensar ¿ En qué lugar de tu mente ubicas tu casa? No encuentras el modo de definir ni ubicar el lugar al que te refieres. Siento dentro de mi tu cansancio y sé que tu demanda se alza hacia el lugar de origen del que partió tu alma reclamando el regreso a Casa.
Imagen de la red