Imagen de la red
Nuestras miradas se
cruzaron
Y un escalofrío
recorrió mi piel.
Enseguida supe lo que querías,
venías a buscarme,
del
mismo modo
que en otro tiempo te
busqué yo a ti.
El silencio envolvió
nuestro encuentro,
la sutileza de tu mensaje
se proyectó en mi
retina.
Quizá en otro
momento te hubiera amado
Tu presencia me
hubiera hecho feliz.
Pero no es el momento
ahora de acogerte,
de instalarte en mi hogar.
Decidimos al unísono
dejarnos un espacio
en el que el tiempo
fuera testigo incondicional de
nuestros deseos.
Decidimos acercarnos
en la distancia,
oler nuestros miedos
sin provocación,
acumular vivencias
añejas
sin la influencia del
dolor.
No hicieron falta
preguntas incontestadas.
Estabas ahí,
delante
de mí...
Aceptaré tu oferta solo por un tiempo
Sin derecho a permanencia
perpetua.
Acude a mi llamada
solo cuando te necesite
Cuando seas tú a
quien quiero tener
No quiero vivir en la condena
del destierro de tu
propuesta.
No quiero vivir
huyendo con la carga a cuestas.
Me quiero sola,
contigo, soledad,
cuando yo te desee.
Cuando mi alma quede
hueca,
con hambre de ti.
Solo así aceptaré tu
presencia,
te abriré mis puertas
para disfrutar contigo
de ti
de las horas de
silencio que me brindas
de soledad conmigo,
de soledad amiga,
de soledad de ti.
Un buen trabajo... ese paso adelante de la soledad cuando nosotros damos un paso atras.
ResponderEliminarAdelante con tu trabajo... un abrazo.
Reme.
Muchísimas gracias Reme. Que hagas esa valoración es muy importante para mi. Un beso muy grande.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar