Naufragó su barco un maldito día en que no supo calibrar la tempestad que se avecinaba. Ocupante y capitana de una nave solitaria que sin tomar conciencia se fue desprendiendo durante la travesía de la piel que su entumecido cuerpo recubría.
Capitana solitaria, se repetía sin voz, en la cercan lejanía que su sombra le imponía.Quiso lanzarse al mar y que sus fauces la engulleran, mas el mar no quiso su cuerpo devorar y escupió su alma hacia una isla desierta.
Navegante solitaria que no supo saborear para sí las mieles de una conquista ¿para qué adentrarse en la profundidad del abismo cuando el rastro de la ilusión perseguida se esfumó en aquella primavera que llegó con prisa?
Una isla desierta en la que su barca amarrar, soledad impuesta sin aviso ni redobles de tambores. Silencio es el nombre que le impone el viento, espuma desbordante de las oscuras bocas que de la noche surgen encrespando el sonido de la soledad y el aterido cuerpo.
Desollado queda el llanto que ya no responde a la llamada del dolor eterno, flujo salvaje de retorcidos pensamientos que se agolpan en la entumecida mente. Callada la brisa permanece, oculta detrás del entramado follaje que la isla esculpe para ella.
Inhóspita y desmembrada alma que zozobra en soledades y a la deriva y en el abandono en su isla se apaga lentamente. Un punto en el horizonte atisba, pudiera ser que fuera un posible náufrago que como ella perdió la noción del tiempo y, allí, junto a la suya, anclada en la misma orilla quedará su alma para siempre.
Imagen de la red
Almas que se pierde sin faro que la alumbre, tal vez otro alma la rozara para juntos embarca hacia Itaca. Besos Marina, Muchosssssssssss!!
ResponderEliminarQuizá sea así, dos almas perdidas que una a otra se den luz...Besos todos para ti Marijose querida!!!
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