Se vio reflejada en aquel río de aguas cristalinas y transparentes, su imagen era tan clara y nítida que podría decirse que se hallaba ante una réplica humana de sí misma, se encontraba ante su yo más esencial.
Sintió un estremecimiento en su ser, la imagen que contemplaba aún sabiendo que era su reflejo se le hacía ajena porque no se sentía identificada en ella, en su mente había concebido otra idea de su yo físico muy distinta a la que estaba observando.
La imagen le mostraba más allá de su apariencia física, era una bella imagen resplandeciente, con un halo de luz que nunca había observado a través de ningún espejo, un rostro tierno de mirada dulce en la que se concentraba un expresión de Amor infinito, era una mirada que hablaba sin emitir palabra alguna, una mirada que abrazaba y acariciaba.
Posiblemente, pensó, la idea y creencia que tenía sobre mi misma la tuviera distorsionada o quizá la distorsión provenía de la misma pureza del agua en la que se refleja su interior.
Pudiera ser, que sin saberlo, en su interior se hallara otra persona que solo podía apreciar con la mirada que el reflejo de su imagen le devolvían las transparentes aguas. Pudiera ser que solo supiera ver su ser en el interior de esa otra imagen como si no fuera su yo quien contemplaban sus ojos.
Quizá fuera que no conociera la mayor parte de sus Soy mirándose desde el exterior sin prestar atención a tantas formas que habitaban en su interior, a tantos modos de ser como actitudes y situaciones que la vida le presentaba.
Le pareció que era muy simple pensar que solo era un Soy una vez, puesto que se sentía múltiple y pudiera ser que solo alcanzara a tener conciencia del total de multiplicidad de su Ser a través de las cristalinas aguas desde las que su interior quedaba al desnudo dejando la parte más esencial de sí misma, su más pura esencia al descubierto.
Sintió la necesidad de abrazarse a su reflejo, de fundirse en él y quedar así impregnada de todo lo que emanaba de su forma idéntica. Lentamente se fue despojando de las prendas que cubrían su cuerpo y muy despacio se fue sumergiendo en la tranquilidad y transparencia de aquellas aguas.
Integró en su Ser todo lo que había en su interior y emergió de nuevo de las aguas con una nueva luz que nacía en su corazón e irradiaba destellos dorados con los que envolvía su cuerpo.
Al contemplar su imagen de nuevo en las aguas de aquel río sintió que la emoción la embargaba y no pudo evitar que de sus ojos brotaran lágrimas de felicidad y plenitud infinita.
Sintió que había recuperado su alma, sin la cual se había sentido sola, desnuda, vacía, su ausencia le había impedido reconocerse como el ser múltiple y completo que era.
Imagen de la red
La imagen le mostraba más allá de su apariencia física, era una bella imagen resplandeciente, con un halo de luz que nunca había observado a través de ningún espejo, un rostro tierno de mirada dulce en la que se concentraba un expresión de Amor infinito, era una mirada que hablaba sin emitir palabra alguna, una mirada que abrazaba y acariciaba.
Posiblemente, pensó, la idea y creencia que tenía sobre mi misma la tuviera distorsionada o quizá la distorsión provenía de la misma pureza del agua en la que se refleja su interior.
Pudiera ser, que sin saberlo, en su interior se hallara otra persona que solo podía apreciar con la mirada que el reflejo de su imagen le devolvían las transparentes aguas. Pudiera ser que solo supiera ver su ser en el interior de esa otra imagen como si no fuera su yo quien contemplaban sus ojos.
Quizá fuera que no conociera la mayor parte de sus Soy mirándose desde el exterior sin prestar atención a tantas formas que habitaban en su interior, a tantos modos de ser como actitudes y situaciones que la vida le presentaba.
Le pareció que era muy simple pensar que solo era un Soy una vez, puesto que se sentía múltiple y pudiera ser que solo alcanzara a tener conciencia del total de multiplicidad de su Ser a través de las cristalinas aguas desde las que su interior quedaba al desnudo dejando la parte más esencial de sí misma, su más pura esencia al descubierto.
Sintió la necesidad de abrazarse a su reflejo, de fundirse en él y quedar así impregnada de todo lo que emanaba de su forma idéntica. Lentamente se fue despojando de las prendas que cubrían su cuerpo y muy despacio se fue sumergiendo en la tranquilidad y transparencia de aquellas aguas.
Integró en su Ser todo lo que había en su interior y emergió de nuevo de las aguas con una nueva luz que nacía en su corazón e irradiaba destellos dorados con los que envolvía su cuerpo.
Al contemplar su imagen de nuevo en las aguas de aquel río sintió que la emoción la embargaba y no pudo evitar que de sus ojos brotaran lágrimas de felicidad y plenitud infinita.
Sintió que había recuperado su alma, sin la cual se había sentido sola, desnuda, vacía, su ausencia le había impedido reconocerse como el ser múltiple y completo que era.
Imagen de la red
Precioso escrito Marina, hay que mirarse muchas veces al espejo para acercarnos más a nosotros y poder darnos a los demás, no somos conscientes de lo que podemos dar y recibir.
ResponderEliminarMe ha emocionado este relato, porque quien no a sentido en sus carnes esa sensación al mirarse y verse reflejada en este caso en las aguas cristalinas de un rio, precioso Marina.
Mi felicitación por tu forma de hacer, me encanta.
Gracias por tu presencia.
Un beso.
Gracias infinitas a ti Carmen, por estar siempre presente. Por tus generosa palabras y por tu grata compañía. Me alegra que te haya gustado querida amiga. A veces nos miramos pero no sabemos ver nuestro interior y es muy cierto lo que dices, no somos conscientes de cuánto podemos dar y recibir.
EliminarBesos y abrazos todos guapísima y que disfrutes mucho de lo que queda de tarde.
Querida Marina, qué necesario es reconocerse, aunque no es fácil. Me ha llegado profundamente tu mensaje. Gracias por decir las palabras justas y de una manera tan hermosa.
ResponderEliminarBesitos y abrazo fuerte para ti con cariño.
Hola querida Viviana!!!
EliminarComo bien dices, no es nada fácil reconocerse. Nos miramos al espejo y no reconocemos el reflejo que él nos muestra. Se requiere una mirada más profunda, hacia el interior para vernos y reconocer nuestro yo más auténtico.
Muchas gracias querida amiga, me alegra que te haya gustado.
Besos y abrazos infinitos desde mi alma.
Que tengas un muy bonito día!!!
Reencontrarse con una misma, aceptar ese halo que nos transporta... nuestro ser. Qué bonito lo has reflejado, mi querida Marina. Como un cuento de hadas donde he sido niña y maga al leerte.
ResponderEliminarMil besitos para tu tarde, mi niña ♥
Me alegra que la lectura te haya llevado a ese mundo mágico de la infancia querida amiga, lugar de reencuentro con nuestro mundo interno.
EliminarGracias todas por tu presencia siempre querida Aurora.
Que tengas un muy bonito día.
Besos y abrazos infinitos desde mi alma.
Unas pinceladas maravillosas de como se debe describir la narrativa con respeto a uno mismo. Tus latidos llevan a uno no sólo a reflexionar sino también a verse de manera helicoidal en lo más profundo de nuestro ser y alma para que ambos para que ambos se tamicen y renazcan tal como somos. Estupendas letras, Marina. Felicidades por esta maravilla !!!
ResponderEliminarQue tengas una bella tarde y recibe un fuerte abrazo desde el Noroeste peninsular.
Muchísimas gracias Joaquín, por tan bellas palabras. Muchaas gracias por tu presencia y por toda la generosidad que muestras con mis humildes letras.
EliminarQue tengas un bonito día querido amigo.
Un fuerte y cariñoso abrazo desde tierras catalanas!!!
Bellísimo, amiga, con bien dices, tenemos tantas caras como situaciones y conflictos nos vamos encontrando... por eso, es tan importante que dentro de esa amalgama sepamos vernos y reconocernos, a veces, incluso, haciendo un esfuerzo para lograrlo. FELICIDADES!!!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, feliz noche!!!
Muchas gracias Servilio por tus palabras y presencia en este pequeño rincón de mi alma. Me alegra que estas letras hayan sido de tu agrado.
EliminarQue tengas un bonito viernes.
Un fuerte abrazo querido amigo.
Es bueno ese reconocerse, descubrirse y aceptarse con todos esos reflejos y matices. El agua como hilo conductor para ser.
ResponderEliminarBesos
Así es querida amiga, bucear en el interior y reconocerse y descubrirse, aceptar desde el amor la multiplicidad de que estamos compuestos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras y presencia Conxita, siempre es un placer verte.
Que tengas un bonito día querida amiga.
Besos y abrazos todos.