Aquel día era especial para ella, aquel día, todos los recuerdos acudían a su mente sin esfuerzo alguno. Aquel día necesitaba y buscaba reencontrase con aquel otro día, también especial y mágico que su memoria conservaba como un gran tesoro.
A pesar del tiempo transcurrido, aquel bello día jamás se había apartado de su pensamiento y, justo en aquel día especial quería rebobinar en el tiempo y vivir como en una ensoñación aquella tarde de inolvidable magia.
Necesitaba pensar en él con toda la intensidad y el amor que su corazón sentía y que el tiempo no había sido capaz de apagar ni borrar de su recuerdo. Necesitaba llegar a su alma, introducirse en su pensamiento y transmitirle con el poder mental la fuerza con que le seguía amando. Tenía la esperanza de que esa fuerza le sirviera como vehículo transmisor para salir de aquel terrible trance por el que estaba pasando y confiaba en que el inmenso amor que albergaba por él le ayudara a superar los obstáculos en aquellos difíciles momentos.
Se tendió en el sofá y cerró los ojos para relajarse y poder recrearse mejor en las imágenes. No tardaron en aparecer a modo de película y se vio allí, esperando por él en aquella plaza en la que habían quedado en su primera cita. Se iban a conocer por fin después de tanto tiempo de charlas inacabables a través del móvil, entre los dos construyeron por escrito la más maravillosa de las historias de amor que jamás pudiera imaginar.
¡Cuántos nervios llevaba encima y cuánta ilusión abrigaba su corazón! Se sentía como una adolescente ante la primera cita con su primer amor y ella ya había dejado atrás esa etapa hacía muchos años, estaba en el otoño de su vida pero conservaba una resplandeciente y colorida primavera en su corazón.
¡Cuántos nervios llevaba encima y cuánta ilusión abrigaba su corazón! Se sentía como una adolescente ante la primera cita con su primer amor y ella ya había dejado atrás esa etapa hacía muchos años, estaba en el otoño de su vida pero conservaba una resplandeciente y colorida primavera en su corazón.
Ella llegó puntual, pero él venía con retraso debido a un imprevisto de última hora y así se lo hizo saber con una llamada en el móvil. ¡Más nervios todavía! Empezaron a acecharle un sinfín de dudas, demasiados "y si..." y si no le reconocía porque igual las fotos que le había enviado eran de tiempo atrás, o quizá ni siquiera eran suyas...Demasiada paranoia en un momento, pensó, mejor esperar a ver y después ya habrá tiempo para las paranoias si es que no aparecía. ¡Apareció y tanto que apareció! y no le costó identificarlo, era él, era su Él el que se acercaba y el que con una sonrisa amplia y sin mediar casi palabra la envolvió en sus brazos para fundirse en un cálido y mágico abrazo del que no querían deshacerse ninguno de los dos. Se miraron a los ojos, buceándose, reconociéndose, adentrándose en sus respectivas almas y abrazándose en ellas.
En aquel momento volvió a sentir lo que ya antes había experimentado a través de las conversaciones mantenidas, la sensación de haberse conocido antes, la sensación de que aquella persona no le era ajena y que quizá pudieran haberse encontrado en otras vidas... esa sensación la sintió con una fuerza increíble dentro de sí. No necesitaron palabras, sobraban las preguntas, indagar en sus vidas no era necesario, todo fluía con pasmosa normalidad, como si se tratara de dos viejos conocidos que se habían visto el día anterior y continuaban con la conversación que dejaron pendiente.
Se cogieron de la mano y comenzaron a caminar en dirección a la zona del casco antiguo de la ciudad. A medida que iban avanzando en el paseo fueron pasando de entrelazar sus manos a caminar abrazados. Ella no cabía en sí de gozo y felicidad, lo recuerda perfectamente, se abrazaban y se besaban por la calle sin importarles nada, sin importarles la curiosidad que pudiera despertar a su alrededor que dos personas de su edad se pasearan sin pudor en sus demostraciones de cariño como si de dos adolescentes se tratara...se sentía henchida de felicidad, su corazón bombeaba con intensidad inaudita y le embargaba una emoción tan grande que creía que iba a explotar en cualquier momento de dicha.
La tarde se le hizo de lo más corta, ojalá, pensaba, el tiempo se detuviera ahora mismo. Pero el tiempo fue a lo suyo, sin tener en cuenta sus deseos y llegó el momento de separarse, de ir cada uno en direcciones contrarias dentro de aquella estación de metro donde la despedida se hizo eterna. Ninguno de los dos quería ni podía separarse del otro, se abrazaban y besaban y los adioses se prolongaron infinidad de veces. No eran solo sus cuerpos los que querían continuar juntos, eran sus almas las que necesitaban de aquella unidad, de aquel calor, de aquellos cálidos abrazos con los que se envolvían.
Cuando los recuerdos la llevaban a aquella tarde la embargaba la misma emoción y el mismo sentimiento de plenitud. Para ella, aquella tarde fue uno de los más bellos momentos que había vivido en mucho tiempo y se sentía afortunada por ello, por poder conservar en su memoria ese recuerdo de ternura extrema y cálida placidez.
Daba gracias a lo que el amor le había proporcionado a pesar de que el destino o el Universo los desviara de sus camino, sin embargo, ese mismo Universo los había vuelto a poner en el mismo cruce volviendo a retomar el contacto después del tiempo. No sabía cuál era el propósito universal, quizá no los pusiera en contacto para que pudieran disfrutar del amor, quizá Él había sido el vehículo para que en su vida se produjeran todos los maravillosos acontecimientos que se produjeron a pesar del dolor que le supuso el distanciamiento con su Él...no puede por más que divagar y especular porque no hay certezas, solo especulaciones sobre posibilidades.
Fuere como fuere, la cuestión es que volvía a tener noticias suyas que no eran nada halagüeñas. Todo en su interior se removió y se dio cuenta de cuán inmenso era su amor. Quiso estar cerca, muy cerca, tocarlo con el pensamiento, palpitar con él y llevarle oxígeno y amor, un amor que lejos de disminuir se había incrementado y hecho más fuerte y firme aunque pudiera ser una paradoja. Quería en aquellos terribles momentos transmitirle esa fuerza y esa fuerte vibración que sentía en su interior y hacer que le llegara para darle fuerzas en aquellos delicados momentos.
Su mayor deseo era que pudiera salir sin secuelas de la operación y que pudiera disfrutar de la vida que aún tenía por delante, quería por sobre todas las cosas su felicidad, su bienestar y serenidad y, allí estaba, tendida en el sofá reavivando con intensidad infinita el recuerdo y la fuerza de su amor para hacérselo llegar desde el pensamiento, a través de las imágenes que su mente iba recreando para Él, para que le llegaran directamente al alma y pudiera percibir su energía y vibración traspasando las barreras de la distancia.
La tarde se le hizo de lo más corta, ojalá, pensaba, el tiempo se detuviera ahora mismo. Pero el tiempo fue a lo suyo, sin tener en cuenta sus deseos y llegó el momento de separarse, de ir cada uno en direcciones contrarias dentro de aquella estación de metro donde la despedida se hizo eterna. Ninguno de los dos quería ni podía separarse del otro, se abrazaban y besaban y los adioses se prolongaron infinidad de veces. No eran solo sus cuerpos los que querían continuar juntos, eran sus almas las que necesitaban de aquella unidad, de aquel calor, de aquellos cálidos abrazos con los que se envolvían.
Cuando los recuerdos la llevaban a aquella tarde la embargaba la misma emoción y el mismo sentimiento de plenitud. Para ella, aquella tarde fue uno de los más bellos momentos que había vivido en mucho tiempo y se sentía afortunada por ello, por poder conservar en su memoria ese recuerdo de ternura extrema y cálida placidez.
Daba gracias a lo que el amor le había proporcionado a pesar de que el destino o el Universo los desviara de sus camino, sin embargo, ese mismo Universo los había vuelto a poner en el mismo cruce volviendo a retomar el contacto después del tiempo. No sabía cuál era el propósito universal, quizá no los pusiera en contacto para que pudieran disfrutar del amor, quizá Él había sido el vehículo para que en su vida se produjeran todos los maravillosos acontecimientos que se produjeron a pesar del dolor que le supuso el distanciamiento con su Él...no puede por más que divagar y especular porque no hay certezas, solo especulaciones sobre posibilidades.
Fuere como fuere, la cuestión es que volvía a tener noticias suyas que no eran nada halagüeñas. Todo en su interior se removió y se dio cuenta de cuán inmenso era su amor. Quiso estar cerca, muy cerca, tocarlo con el pensamiento, palpitar con él y llevarle oxígeno y amor, un amor que lejos de disminuir se había incrementado y hecho más fuerte y firme aunque pudiera ser una paradoja. Quería en aquellos terribles momentos transmitirle esa fuerza y esa fuerte vibración que sentía en su interior y hacer que le llegara para darle fuerzas en aquellos delicados momentos.
Su mayor deseo era que pudiera salir sin secuelas de la operación y que pudiera disfrutar de la vida que aún tenía por delante, quería por sobre todas las cosas su felicidad, su bienestar y serenidad y, allí estaba, tendida en el sofá reavivando con intensidad infinita el recuerdo y la fuerza de su amor para hacérselo llegar desde el pensamiento, a través de las imágenes que su mente iba recreando para Él, para que le llegaran directamente al alma y pudiera percibir su energía y vibración traspasando las barreras de la distancia.
Imagen de la red
Es casi una novela, una historia de amor para la que no hay barreras. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Ester, sí hay historias que parecen auténticas novelas.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Abrazos.
Hermoso escrito sin barreras, sin egoismo...¡
ResponderEliminarAbrazos Marina...
Muchas gracias querida amiga. Me alegra mucho que te haya gustado.
EliminarAbrazos bien cálidos para ti.
El amor es medicina... dicen que cuando algo se desea con intensidad y fe, acaba ocurriendo.
ResponderEliminarEscenas tan románticas que me has hecho suspirar, mi querida amiga.
Mil besitos que te lleguen y feliz noche ♥
Es muy cierto mi preciosa Aurora, cuando se cree firmemente en algo, todo es posible y se acaba realizando.
EliminarGracias infinitas corazón bello.
Besos y abrazos todos, mi niña.
Sabes? algunos momentos parecen vividos por mi.
ResponderEliminarLa vida es cruel, dije en aquel momento cuando después de varias operaciones "mi Él" se fue de este mundo.
Cuando el amor es grande no hay entendimiento de separación sea cual fuere el motivo.
Me gustó el relato, y sí, querida amiga, parece una novela.
Buenas noches y felices sueños.
Son momentos que se guardan para siempre en la memoria del alma. Momentos de auténtica felicidad que se vuelven a vivir al recordar...
EliminarMuchas gracias por tus palabras querida amiga.
Que tengas una muy bonita tarde.
Besotes miles!!!
Holaa Marina, en el Amor no debe haber cotos ni linderos.
ResponderEliminarBella historia.
Feliz noche.
Un abrazo
No debería haberlos, de hecho cuando ese amor auténtico se da, permanece en el corazón por siempre no importa ni el tiempo ni la distancia.
EliminarMuchas gracias de nuevo querida amiga.
Que tengas una muy bonita noche de sábado, corazón.
Besos y abrazos todos.
Que historia tan hermosa y cargada de un amor incondicional.
ResponderEliminarEntendí en tu relato que la mente si la sabemos utilizar y más aún, con fines benéficos, podemos a través de ella llegar a rememorar una determinada escena como si del presente se tratara.
Ese gran poder que albergamos, de luz y amor, y en meditación serena y con fe, se puede enviar energía y vibraciones positivas y saludables a quienes amamos de verdad o a quienes nos necesita.
Lo maravilloso que transmites es, que sea lo que pasara entre la pareja, la protagonista en su amor verdadero quería lo mejor para él.
Estamos conectados por un hilo invisible que nos llega y toca.
Precioso de veras, querida Marina.
Felicidades por plasmar tan bellos sentimientos y compartirlos.
Un gran abrazo, mi querida amiga.
Mi querida Mila, estoy totalmente convencida del poder de nuestra mente que bien utilizado es capaz de conseguir las más asombrosas e inimaginables cosas...
EliminarMuchas gracias por tan generosas palabras mi preciosa y especial amiga.
Me alegra mucho saber que te a gustado.
Que tengas un muy bonito día.
Te dejo un carretón inmenso de cariño!!!
ha gustado...me dejé la hache jajaja
Eliminar