MOMENTOS

Como olas salvajes de un embravecido mar,

como torrenciales aguas sin contención

así transcurren mis pensamientos, cual cascada desbordada,

 flujo de imágenes proyectadas en la invisible pantalla interior.

Tan cerca y tan lejanas al mismo tiempo, historias, instantes remotos

 con sabor a edad, como el vino añejo, con olor a eternidad.

Rememoranza sublime, efímeros momentos de estancada felicidad,

danza onírica rescatada del tiempo que no tiene prisa por madrugar.

Se perdieron todos, se volvieron viejos, no consiguen regresar.

 Se agotaron en el camino, las señales no supieron descifrar,

la furia del tiempo arrasó con ellos con la fuerza de un huracán.

Soñar con el feliz mundo de alegres almas, de risas abiertas,

el mundo que fue donde todo es posible, donde todo se cumple,

soñar y volar mirando al pasar cómo la neblina se funde.

Se difumina lo grato con el paso lento del caminar.

Historias humanas que el tiempo devora, que la prisa apaga

y el cansancio evapora en la espesa bruma de la luz crepuscular.

Por más que se esfuerce en arañar pasajes, la mente divaga

y el mundo ideado quedó tan lejano que no puede encontrar.

Razones no faltan para el reencuentro

 cuando se ha avanzado en el trayecto y la vista vuela hacia atrás.

Envolventes paisajes en los que el alma respira y siente

 que su mundo está presente en cada sonrisa que ocupa su mente,

 despejando las penumbras, alcanzando claridad.

Pensamientos que amarran y paralizan momentos

perfilando universos, construyendo arco iris, proclamando libertad.

Imagen de la red