Con la manos abiertas recibiré tu regalo como una ofrenda.
Con la sonrisa que aflora de entre los labios saldré a tu encuentro,
te abriré las puertas y despejaré obstáculos que la entrada te impidiera.
Con el alma despierta después del letargo anunciaré tu llegada
sin más noches de fantasmas insomnes que aparezcan en la morada.
Soledades reaparecidas que no buscan dueño si no se reclaman.
Alma que encontró su rumbo y rompió cadenas que esclavizaban.
Alma que en un murmullo de alegre risa suelta su cabello y juega al alba,
majestuosa y serena se mantiene firme si la mente la engaña.
De la noche del olvido rescatada, al mundo regresa atendiendo su llamada.
Con las manos abiertas y el corazón henchido de esperanza
vuela libre sin temores con la nueva entrega que la vida le regala.
Imagen de la red
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