Ahogadas permanecen las miserias en aquel rincón al que ya su corazón se niega a acudir y no por despecho si no por abatimiento y cansancio. Se desgastó por la insistencia que su mente le reclama, merecen ya su cuerpo y su alma aliviar el pesar que les rodea. En aquel rincón indefinido, invisible a los ajos de nadie, ni siquiera permite que sea su alma quien entre a interrumpir el deplorable estado en que su rincón se halla. Miserias que pretende olvidar para seguir avanzando en el sendero abierto que traza la vida. Todo le sabe a perdón, perdón y olvido para de una vez por siempre enterrar los cadáveres que como formas fantasmagóricas se muestran en las noches en que el terror se apodera de la paz y el descanso que su cuerpo y su alma anhelan. No osan los demonios a salir de sus infiernos, viven en el perpetuo i...
Letras que discurren por un mar a veces calmo a veces tempestuoso por el que fluyen sentimientos y emociones que navegan al son en que late el corazón durante el temporal y la calma.