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EL ECO DEL SILENCIO













Suspendida tu voz queda en el aire,

el silencio me atormenta, infatigable mensajero se hace de tu eco.

¡No quiero, me niego a escuchar!

Quiero diluirme como un soplo de aire sin pensamientos,

perderme en el interior de mi coraza y enterrar tu voz en las entrañas del infierno.

 La oscuridad se cierne sobre mis abatidos párpados,

y mis pupilas se cubren de intensa ceguera.

¡No quiero ver, me niego!

 Y mis ojos se cierran ante la evidencia palpable.

Ensordece tu sonido mis hastiados oídos que desoyen mi orden de alejarte

verdades manifiestas en un parto continuo de contrariedades.

 No, me niego a que sea tu voz prioritaria,

contundente se impone la mía rompiendo el eco que obliga el silencio,

no más lastres en mi vida que pesan sobre mi alma como enormes losas de piedra.

Pero continua martilleando mis oídos con tu voz el silencio, 

sigue persistiendo en su sonido con su eco.

 Y ya no aguanto más esta locura, me desespero

 y en mí misma me repliego sumida de nuevo en mi pensamiento,

 en ti y en tu recuerdo. 

Castigo de mi alma herida...infierno y eterno tormento.







Imagen de la red

Comentarios

  1. Querida Marina, es tan profunda y bella tu sensibilidad expresada, traspasas el dolor de ese silencio.
    Besos y abrazos para ti.

    Viviana

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    Respuestas
    1. Mi querida amiga gracias por tus palabras, sensibilidad la tuya con que lees mis letras. Besos y abrazos también para ti querida Viviana.

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