En el último momento se arrepintió y dejó escapar el tren, el miedo se apoderó de su cuerpo y empezó a temblar como una hoja a punto de caer del árbol. Sabía que no volvería a presentarse la ocasión de escapar de la cárcel en la que se mantenía presa pero el miedo fue más fuerte que la necesidad de huir. Se sentó en el banco de la estación para recobrar el aliento, sus ojos comenzaron a humedecerse y no tardaron en rodar a raudales por sus mejillas gruesa lágrimas de amargo sabor a frustración y a desesperanza. Era incapaz de levantarse de aquel banco, ni siquiera se había parado a mirar a su alrededor por si había alguien por allí observando su estallido, tampoco le importaba demasiado después de haber dejado marchar aquel tren con el que había dejado escapar la oportunidad de ser libre. No coordinaba bien del todo sus pensamientos, era tal la confusión y el caos creado en un momento que su razonamiento era confuso. Sabía que necesitaba escapar, huir, ...
Letras que discurren por un mar a veces calmo a veces tempestuoso por el que fluyen sentimientos y emociones que navegan al son en que late el corazón durante el temporal y la calma.