Imagen de la red Nuestras miradas se cruzaron Y un escalofrío recorrió mi piel. Enseguida supe lo que querías, venías a buscarme, del mismo modo que en otro tiempo te busqué yo a ti. El silencio envolvió nuestro encuentro, la sutileza de tu mensaje se proyectó en mi retina. Quizá en otro momento te hubiera amado Tu presencia me hubiera hecho feliz. Pero no es el momento ahora de acogerte, de instalarte en mi hogar. Decidimos al unísono dejarnos un espacio en el que el tiempo fuera testigo incondicional de nuestros deseos. Decidimos acercarnos en la distancia, oler nuestros miedos sin provocación, acumular vivencias añejas sin la influencia del dolor. No hicieron falta preguntas incontestadas. Estabas ahí, delante de mí... Aceptaré tu oferta solo por un tiempo Sin derecho a permanencia perpetua. Acude a mi llamada solo cuan...
Letras que discurren por un mar a veces calmo a veces tempestuoso por el que fluyen sentimientos y emociones que navegan al son en que late el corazón durante el temporal y la calma.