Como árbol caído con el que todos se ceban en su desgracia.
Como árbol que en su agonía nadie acude en su rescate.
Árbol eres de un alma mutilada en vida, tronco resquebrajado,
leña seca, ramas esparcidas que buscan alivio en la tierra.
Tronco de cicatrices milenarias, heridas de muchos tiempos,
ves discurrir tu savia por donde pierdes fuerza y te desangras.
No te dieron ni un respiro, ni una oportunidad para recuperarte.
Maltrecho quedaste por las furiosas embestidas que trajeron los temporales.
Yaces impotente observando el desperfecto
esperando impaciente que las lluvias limpien tus entrañas.
Tu cuerpo permanece inerte más no vencido,
tus raíces que son tu esencia se agarran a la vida con saña.
Como árbol caído con el que disfrutan cortando su leña
acuden a tu tronco con sus hachas
sin importar si sigues vivo, sin importar si muerto te hallas.
Alma que derrumbar no pueden, flexible como el junco eres
por mucho que el viento te tambalee consigues enderezar tus ramas.
Imagen de la red
Bonito. Me quedo con esos versos finales y la importancia de ser como el junco, flexible y enderezando siempre sus ramas.
ResponderEliminarSaludos
Me alegra que te haya gustado Conxita. Muchas gracias por tus palabras y tu visita a mi pequeño rincón. Abrazos y feliz domingo amiga.
EliminarQuerida Marina, mientras la fortaleza y la fe en sí mismo exista, es posible mantener el alma así, inquebrantable.
ResponderEliminarHermoso poema.
Besitos y abrazo para ti.
Así es mi querida amiga. Gracias por tus palabras Viviana. Disfruta mucho de tu fin de semana.
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