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OLVIDAR













Se desvanecieron los temores que cubrieron la piel de plomo y hielo.

Se esfumaron los pesares que las noches visitaron impidiendo el sueño.

Se olvidaron los porqués incontestables y las razones negadas,

 las respuestas amargas y las miles de angustias no vomitadas.

Agonizaron sin gemidos las lágrimas que nunca se vertieron.

 Se desintegraron todas y cada una, se apagaron y se consumieron,

 en la imaginada pira que inventó el alma desencantada,

 lentamente,

 como se consume el fuego de la llama que prende la vela.

Después de la aciaga noche de tempestad eterna impone el sol su presencia

  eclipsando con su firmeza la frágil palidez de la luz de luna llena.

 Invade la luz el terreno de las tinieblas

desalojando los tenebrosos habitantes del reino de los infiernos.

Se cierran las brechas a la luz del día, claros reflejos, 

sentimientos nuevos se iluminan.

 No hay rencor en el corazón, el tiempo del perdón ganó la partida.












Imagen de la red


Comentarios

  1. Olvido, un bello y profundo poema.
    Seguir con el corazón liviano es lo mejor.
    Un abrazo y besitos amiga.
    Feliz descanso, Marina.

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  2. Besos y abrazos muchos querida amiga. Gracias muchas por tus palabras preciosa.

    ResponderEliminar

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