A mitad de camino se quedó el recuerdo,
escondido entre la espesa niebla de los oscuros días
absorto en su mundo de amnésico olvido.
Al final del atajo del laberinto
confundidos entre la espesa niebla y la luz crepuscular.
absorto en su mundo de amnésico olvido.
Al final del atajo del laberinto
confundidos entre la espesa niebla y la luz crepuscular.
A mitad de camino, agazapados quedan los recónditos pensamientos
negándose a pasar el filtro que la inconsciencia mental crea.
negándose a pasar el filtro que la inconsciencia mental crea.
Recuerdos que dividen al corazón y al razonamiento
entre la vigilia y el adormecimiento.
entre la vigilia y el adormecimiento.
Recuerdos que mueren en las frías mazmorras del tiempo,
oculto equipaje del viajero que en solitario prosigue su odisea.
Recuerdos agonizantes que se retuercen dolientes
se apean amortiguando letanías de tormentos.
se apean amortiguando letanías de tormentos.
Enmudecen los sonidos que requieren de silencio,
se acallan los gemidos que de las entrañas se alimentan.
A mitad de camino se queda lo ingrato,
entre luces y sombras,
entre soledades y olvidos,
entre la persistencia de la vida y mortecinas tinieblas.
Se complementa el camino en lento caminar alejando banalidades,
separando el lastre del equipaje y avanzando sin vacilar hacia el nuevo destino.
separando el lastre del equipaje y avanzando sin vacilar hacia el nuevo destino.
Imagen de la red
Hermoso es explicar con sencillez y poesía el encontrar de nuevo el camino.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus generosas palabras José Manuel. Un gran abrazo amigo.
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