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LA EXTRAÑA PASAJERA

Con un poco de retraso sale de la estación este relato que escribí para participar en el concurso Extraños en un tren del blog de David Rubio, El Tintero de Oro. Por defectos de fabricación tuve que dejarlo estacionado para que el servicio especial de mantenimiento hiciera las revisiones oportunas. Reparados los defectos aquí os dejo con este relato con el que me estreno en este género mezcla de intriga, misterio y un toque sobrenatural.

Gracias queridas amigas Estrella Amaranto y Mila Gómez por vuestra ayuda.









Era media tarde de un día cualquiera, en una población como otras muchas, donde las sombras de la noche ya empezaban a pronunciarse y el cielo mostraba sus tonos crepusculares dejando atrás los débiles rayos de sol que caían con desgana sobre la despoblada estación de tren de aquel lugar.

El otoño se iba abriendo paso dejando su huella en el paisaje de montaña con las inconfundibles tonalidades de la estación otoñal. El fuerte viento que sopló durante el día había propiciado la caída de las hojas de la arboleda de la avenida que daba acceso a la entrada de la estación y el suelo ofrecía un espectáculo multicolor. Un bello tapiz que resultaba a la vista de quien lo contemplara una pasarela preparada a conciencia para un desfile de personajes importantes.

La hojarasca crujía al paso de unos pies que caminaban zigzagueantes, vacilantes, como de quien camina sin saber hacia dónde dirigirse, tan pronto se detenían como iniciaban de nuevo la marcha, pies menudos de una mujer de estatura mediana surgida de entre las sombras de la cada vez más oscura tarde. 

Su vestimenta era de lo más peculiar, muy poco o nada apropiada para salir a la calle a pasear o para realizar cualquier otra actividad, era más apropiada para quien se dispone a ir a dormir o se acaba de levantar de la cama. Vestía una camisola de franela que cubría todo su cuerpo con dos aberturas a ambos lados de las caderas a modo de bolsillos en los que sus manos quedaban ocultas, sin más prenda de abrigo que la protegiera del frío que se iba acentuando a medida que iba cayendo la noche.

Su mirada ausente se perdía en ninguna parte, pero el incesante giro de su cabeza hacia uno y otro lado indicaba que buscaba algo concreto. De súbito, las luces de la avenida se encendieron así como las de la estación de tren y la mujer se detuvo por fin en ese punto de luz en el que pareció que su mirada cobrara vida. Se dirigió hacia el andén sin pasar por la ventanilla expendedora de billetes. Pudo pasar sin problema ya que en la estación no había personal ferroviario que pudiera detenerla y llamarle la atención ni personal alguno con intención de viajar, la estación estaba totalmente desierta por lo que tenía el acceso libre y traspasó el umbral hacia el andén caminando como un autómata.

En el preciso momento en que traspasó la puerta de acceso al andén comenzó a formarse una espesa niebla que impedía la visibilidad, dejando un paisaje tenebroso y sobrecogedor. No se veía nada pero a la mujer parecía no importarle, allí se hallaba, de pie, en actitud de espera a que algún tren pasara y se detuviera en aquel paraje desértico. No dejaba de mirar en dirección hacia donde suponía aparecería el convoy. Su actitud era firme y decidida, no tenía duda alguna de que la locomotora aparecería justo en la dirección en que tenía la vista puesta y no se equivocaba, el tren hizo su aparición abriéndose paso a través de la espesa niebla sin ser anunciado por megafonía y sin hacer ruido alguno, se detuvo y la mujer subió en él.

El tren contaba con tan solo dos vagones, los cuales estaban tan vacíos como lo estuviera la estación en la que recogió a la mujer. Era un tren que parecía venir de otra época, de otro tiempo, de otro mundo. Los vagones eran de madera y los asientos estaban forrados con un desgastado tapiz color grisáceo dándole un aspecto destartalado y de total abandono, el alumbrado se componía de dos candiles de luz tenue adosados a uno y otro lado de la fila de asientos. La mujer se dirigió con toda decisión al asiento situado a la derecha de la puerta de entrada, allí se acomodó en posición relajada y esbozando una sonrisa sacó las manos de los bolsillos de la camisola y las elevó para mirarlas de cerca. Comprobó que sus manos estaban cubiertas de sangre ya seca...En pocos minutos el tren fue engullido por la espesa niebla y desapareció tan silencioso como había aparecido.


****

En otro lugar, concretamente en un centro de salud mental el personal sanitario corría arriba y abajo gritando, llamando a la paciente de la habitación 24 que había desaparecido de su habitación y no la encontraban por ninguna parte del recinto hospitalario. Se trataba de una mujer sin identificar que una semana atrás encontraron desvanecida en el suelo del andén con la ropa ensangrentada. Las personas que la encontraron relataron los hechos como algo misterioso y sobrenatural, todavía no se habían recuperado de la conmoción que supuso aquel encuentro. Fueron testigos invisibles de cómo en pocos segundos se vieron engullidos por la niebla quedando ocultos a la vista de los demás. Con asombro vieron cómo la niebla tan rápido como cayó sobre ellos se evaporó dejando al descubierto el cuerpo de la mujer que yacía en el suelo cubierto de sangre, comprobando al acercarse para socorrerla que era sangre ya seca y no presentaba herida alguna por la que hubiera podido sangrar, dedujeron que no era suya y lo que fuera que hubiese sucedido debía haber ocurrido bastante tiempo atrás o, digamos, de una forma incomprensible para la mente humana.


****

En otro espacio y tiempo un misterioso tren llegaba a su destino con un pasaje de cadáveres y un asiento vacío sobre el que reposaba una camisola de franela ensangrentada.  





F  I  N





Imagen de la red



Comentarios

  1. Marina, que bien lograda te quedó esa misteriosa historia, ese viaje del pasado a un futuro que no estaba en condiciones de entender las circustancias de aquella mujer casi inexistente, pero que se hizo presente por un tiempo, sabe dios con qué fin, pues partió tan misteriosamente como llegó.

    Que pena que no pudiste colgarlo a tiempo.
    Felicidades por ese logro, me ha gustado mucho su trama y la narrativa. Es un género que bien podrías cultivar querida, pues el relato además de intriga y misterio, tiene poesía.

    Espero estés disfrutando el fin de semana. Te dejo un fuerte abrazo.

    P.D. que lujo te has dado contando con Estrella y Mila, dos hermosas y sabias mujeres, dueñas de almas amables y generosamente especiales.

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    1. Hola Harolina, pues es toda una satisfacción saber que te ha gustado este relato que aunque con algunas dificultades ha podido salir de la estación de algún lugar del tiempo. Bueno, no pudo llegar a tiempo para participar pero no importa, ya habrá más posibilidades. Empecé la historia sin saber el resultado y ha sido todo un lujo, como bien dices, haber contado con la ayuda de Estrella y Mila, dos almas bellas y generosas.
      Muchas gracias por tus alentadoras palabras querida Harolina, tendré en cuenta lo que me apuntas sobre cultivar este género, acojo tu sugerencia con todo mi cariño.
      Deseo para ti también que estés disfrutando del fin de semana.
      Un abrazo inmenso con todo mi cariño a tu hermoso y generoso Ser.

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  2. Como cómplice en la reparación de los desperfectos a lo largo del recorrido de este misterioso tren, me alegro infinito de que te hayas decidido a abordar de lleno la narrativa, pues como ya te lo he comentado privadamente tienes capacidad y habilidades de sobra para la escritura, por lo que te animo nuevamente a dar rienda suelta a tu creatividad con las letras, gracias a ello, nos brindarás a muchos de tus asiduos lectores, la posibilidad de disfrutar de tus textos.
    Lástima que no hayas llegado a tiempo para concursar, pero anímate a escribir nuevas historias para las siguientes convocatorias del Tintero de Oro, como la que ya está ahora abierta.
    En cuanto al argumento de tu relato lo encuentro bien elaborado y con una temática que me atrae muchísimo, como tú muy bien conoces. El final es impresionante y lleno de suspense.

    Un abrazo inmenso para tu Ser profundamente amoroso y tan generoso con los demás. Y para ti mi habitual cargamento intergaláctico de besos cósmicos.

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    1. Hola mi querida cómplice, técnica de servicio de reparación de desperfectos de este tren que quedó encallado envuelto en una nebulosa de la que no sabía cómo sacar jajaj
      Estrella, pues no sé si he abordado de pleno la narrativa, en principio ha salido este relato, creo que de lo más extenso que he escrito para publicar. Supongo que si se me ocurre alguna historia, pues seguiré en esta línea de vez en cuando, pero no sé si seré capaz de escribir relatos tan extensos. Debo confesar que me cuesta escribir cuando es sobre un tema en concreto. La mayoría de veces me pongo a escribir sin saber qué saldrá y voy escribiendo sobre la marcha. Admiro profundamente la facilidad que tienes tú y todas las personas que escribís de cualquier tema en cualquiera de los géneros y me encanta y disfruto enormemente al leeros.
      Bueno mi querido Ser entrañable y maravilloso, sabes que mi agradecimiento por tus palabras de ánimo es infinito y sobre todo por contar siempre con tu amistad y generosidad, ese es un verdadero placer para mí.
      Te dejo un abrazo inmenso y un cargamento bien repleto de besos cósmicos desde todos los puntos de mi universo.

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  3. Muchísimas gracias también a ti, mi entrañable amiga I. Harolina, yo también agradezco mucho a la Vida, que me haya dado esta oportunidad de contar con tu amistad y la riqueza de tu ingenio para ayudarme a crecer internamente.
    Por supuesto que tanto, Marina, Mila Gómez y tú, sois otro Espíritu Santo en mi camino.
    Gracias a las tres por ser tan especialmente bellas interna y externamente.
    Un gran abrazo a cada una.

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    1. Un sentimiento compartido!!!! Gracias, gracias, gracias!!!!

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    2. Muchas gracias Estrella, hermosa y sabia mujer, me honra y celebro tenerte cerca por estos lares cibernéticos, que acercan a las almas que se reconocen como compañeras de otros viajes y a las que no se conocían también.

      Besos y abrazos querida amiga

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  4. Madre mía, mi niña!!
    Qué relato más sugestivo, me ha encantado todos los matices, jugar con la línea de tiempo, eso flash...
    Me ha recordado a esas películas de antaño, en blanco y negro. Un placer leerte en esta mañana, mi Marina bonita.

    Mil besitos con cariño y feliz día ❤️ mío.

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    1. Pues que enorme satisfacción que lo hayas sentido así, de verdad mi preciosa Auro. Ha sido un cambio total de registro y me alegra que este misterioso tren con su pasajera te haya hecho pensar en esas películas antiguas que algunas, la verdad son bastante escalofriantes jajaj.
      Muchas gracias, corazón bello por tus alentadoras palabras y tu maravillosa compañía.
      Miles y miles de besitos para ti también con todo mi cariño, corazón. Que tengas una muy bonita noche.

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  5. ¡Ostras, Marina! Me dejaste sin palabras, y no solo por tu relato. Te aseguro que tu empeño en escribirlo, trabajarlo y publicarlo aunque haya sido fuera de plazo es algo que entra de lleno en el espíritu de esa iniciativa. Te lo agradezco muchísimo.
    El relato es una historia de misterio, que juego con esa frontera de lo inexplicable, como esa niebla. Desde luego se notan tus dotes poéticas en la descripción dejando en el lector ese sabor a lo inexplicable que tan bien le pegan a este tipo de relatos. Fantástico. Ojalá en próximas convocatorias puedas participar en su momento. Este mes una fábula. Un fuerte abrazo y gracias por este enorme detalle.

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    1. Hola David, en principio quiero agradecerte las palabras de aliento, de verdad. Me supo mal no tenerlo a tiempo, le vi alguna incoherencia que no terminaba de ver y por suerte con la ayuda del maravilloso equipo técnico pude ver dónde fallaba y hacerlo salir de la estación, aunque a destiempo pero con ilusión ya que este cambio de registro supone para mí un auténtico reto.
      Intentaré, si la inspiración me lo permite participar en este próximo concurso.
      Un abrazo con todo cariño y agradecimiento.

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