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LA MEMORIA DEL ALMA II







Hemos compartido vida en la que ha abundado de todo, sorteando las vicisitudes, haciendo frente a la dureza del camino. Hemos pasado juntas por situaciones realmente difíciles, hemos vivido la mayor parte del tiempo juntas bajo un mismo techo y cuando así no ha sido, siempre estuve cerca, procurando por tu bienestar y el de mi padre. A pesar de esa cercanía física que mantuvimos, siento desde lo más profundo de mi ser que nunca hemos estado más cerca la una de la otra que en este tiempo en el que realizas el último tramo de tu trayecto, ahora en que los recuerdos de tu memoria se borran es cuando lo auténtico aflora, cuando nuestras almas se expresan y dialogan en un lenguaje desde el que se conectan y se abrazan.

Crecí con muchas preguntas de las que no obtuve respuesta en su momento. Con el tiempo llegué a pensar que tus complejos y la amargura que te crearon fueron los causantes de la barrera invisible que impedía el acercamiento. Hoy, en el espacio que cubre tu memoria de tiempo indefinido las barreras han sido demolidas permitiendo la salida de todo lo reprimido, lo auténtico emerge y nos envuelve, el silencio habla y la distancia se rompe a través de la fuerza que en nuestro interior siempre estuvo latente.

Una fuerza única, una fuerza capaz de sanar y curar las heridas pasadas y entender que nada fue casual, nada sucedió en balde, todo lo acontecido fue preparado con antelación para la representación de la nueva obra de teatro, con papales y guión para los roles establecidos que nuestras almas antes de nacer pactaron.

 Hoy mi visión se hace clara y mis preguntas obtienen respuestas, el amor que nos une va más allá del vínculo familiar. Extrañamente siento en mi interior que se han invertido los papeles, la necesidad de darte protección, de cubrir tu rostro de besos, de darte todo el amor que una madre a sus hijos entrega. Quizá esa necesidad viene de otra vida en la que nuestros papeles eran los contrarios a los que en esta vida mantenemos.

Aquí estamos tras un paréntesis, en un reconocimiento de almas...yo, tu hija, dispuesta a representar todos los papeles que, en su confusión, tu mente en cada uno de nuestros encuentros elabora. 


 


Imagen de la red




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