Puede ser,
quizá,
es posible,
que algún día
nuestros caminos
se vuelvan a cruzar,
nuestros caminos
se vuelvan a cruzar,
que nuestras vidas
se vuelvan a encontrar.
se vuelvan a encontrar.
Intenté arrancarte de mi corazón,
recité mantras sin convicción.
Llegué a creer en mi autoengaño
aceptación y resignación.
Arañé motivos y
conseguí creerlos.
Sé que estoy lejos de ti
pero tu nombre
aún sigue vivo en mi,
ocupando,
de vez en cuando,
la mayor parte
de mi pensamiento.
Ya no hay llanto.
aún sigue vivo en mi,
ocupando,
de vez en cuando,
la mayor parte
de mi pensamiento.
Ya no hay llanto.
No sé si queda dolor.
Sé que hay momentos
que me invade la tristeza.
que me invade la tristeza.
Se apodera de mi alma,
me desalienta.
En ese instante
busco palabras de consuelo
mañana será otro día,
pienso,
habrá pasado ya la melancolía.
Pero hoy estoy triste,
hoy pienso en ti.
Hoy... será un mal día.
Te recuerdo,
te extraño,
me desalienta.
En ese instante
busco palabras de consuelo
mañana será otro día,
pienso,
habrá pasado ya la melancolía.
Pero hoy estoy triste,
hoy pienso en ti.
Hoy... será un mal día.
Te recuerdo,
te extraño,
te echo de menos.
Siento imperiosos deseos de verte
de escuchar tu voz
de leerte en una corta frase,
de echar a correr
y salir a tu encuentro.
y salir a tu encuentro.
De sentir tus brazos
rodeando mi cuerpo,
rodeando mi cuerpo,
de buscar tu boca
y saciar tu sed,
si la tuvieras,
y saciar tu sed,
si la tuvieras,
con mis besos.
Y de nuevo,
surge el maldito dilema.
Fuerzas contrapuestas
se ven enfrentadas.
Los deseos del corazón
y las razones de la razón
no se ponen de acuerdo.
El conflicto está servido,
da comienzo la batalla.
La voz de la razón
me martillea,
me taladra
cual gotera constante
que a modo de tortura
mi cerebro va perforando.
Resuena su eco en mi interior
como estrepitosos truenos
en una noche de tormenta.
¡No!
¡No debo hacerlo!
me taladra
cual gotera constante
que a modo de tortura
mi cerebro va perforando.
Resuena su eco en mi interior
como estrepitosos truenos
en una noche de tormenta.
¡No!
¡No debo hacerlo!
Por fuerte que sea el yo quiero.
Debo contener mis ganas,
Debo reprimir mis deseos.
Debo contener mis ganas,
Debo reprimir mis deseos.
Y vuelvo a repetir el mismo mantra
y vuelvo a darme razones
y quedo otra vez atascada
en la enmarañada
red de mis emociones,
red de mis emociones,
entre lo que quiero y
lo que no debo.
lo que no debo.
Atrapada,
en mi propia encrucijada.
en mi propia encrucijada.
No sé,
si alguna vez te viera
no sé
qué te diría.
No sé,
si alguna vez me buscaras
no sé
si me encontrarías.
No sé,
si nuestras vidas se cruzaran
no sé, amor,
qué sentiría.
Sólo sé
que hoy,
es ese mal día.
Hoy de nuevo
has vuelto a mi recuerdo
De nuevo hoy
estoy aquí...
pensando en ti.
Sólo sé
que hoy,
es ese mal día.
Hoy de nuevo
has vuelto a mi recuerdo
De nuevo hoy
estoy aquí...
pensando en ti.
Imagen de la red
Esa nostalgia que surge del amor ausente, jamás logrará la razón coincidir con ese sentimiento, pues el amor es locura, hermosura que tú plasmas en tus versos.
ResponderEliminarFeliz fin de semana Marina.
Un abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAsí es Viviana, las razones de la razón no coinciden jamas con las del corazón. Gracias por tu visita y tu comentario amiga. Feliz fin de semana. Besos y abrazos!!!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCómo me alegra que escribas, querida amiga. Abrazos.
ResponderEliminarGracias querida Aída. Besos!!!
EliminarEsos amores que no están y siguen estando, porque como dices la razón no acostumbra a coincidir con el corazón. Bien narrados en tus versos.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias por tus palabras Conxita. Un abrazo!!!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
Eliminar