Se embriagó la mañana con el perfume que la brisa traía,
se emborrachó la noche con la calma que de la oscuridad nacía,
ebrio quedó mi ser al contemplar la imagen que de la nada emergía.
Tonalidades crepusculares anunciando el principio y el fin de un nuevo día.
Se contagió la mirada irradiando nuevos matices,
destellos de luces que el cielo emitía,
destellos de luces que el cielo emitía,
mágicas tonalidades deleitando la visión de quien con amor las mira.
Espectáculo único al observar el regalo del cielo,
nacimiento y muerte del día,
vida con que el firmamento de rojo se viste.
Espectáculo único al observar el regalo del cielo,
nacimiento y muerte del día,
vida con que el firmamento de rojo se viste.
Fotografía de Marina Collado Prieto
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