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LA BREVEDAD DEL TIEMPO













Tiempo que los instantes atrapa

 y en sus manos se escapan tal como llegan.

 Tiempo efímero con sabor a poco

 en el que todo acaba y todo comienza.

 Tiempo que tras de sí todo se lleva

 dolor,

prisa, 

alegría,

llanto,

 tristeza. 

Vida que sin noción se vive 

y como en un suspiro se agota y se desvanece.

Sin memoria, ausente y sin presencia queda el transcurrir,

 el tiempo pasa en el relativo espacio,

 despacio, deprisa, dejando sentir su peso, 

dejando en el camino su huella. 

Recuerdos que a lo lejos se enmarañan en los hilos de su madeja

  ocultos en el abandono del efímero momento,

 en el profundo olvido del pensamiento.

Atardeceres que murieron temprano,

  rotos amaneceres que en el esbozo de una sonrisa se desvanecieron.

Tiempo que todo lo puede y con todo arrasa en su trayecto.

Imparable, imperturbable se mantiene en su firmeza.

Tiempo que las demoras no perdona,

 demasiado tarde si no es ahora.

No negocia ni concede créditos,

 impasible se muestra ante solicitudes de permanencia.

Tiempo sin pasado y sin futuro,

   mantiene su oferta de vivir ahora, 

sin ayer y sin mañana,

siempre hoy, en tiempo presente. 







Imagen de la red


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