Deja que sin prisas te diga cuánto amor guardo hacia ti. Deja que silenciosamente acaricie otra vez tu vida. Deja que en este momento en el que más dolor es imposible te siga amando con esta sinrazón y te cuente que nunca te pude olvidar, que siempre estarás presente en miles de formas de pensar o en millares de sueños que cree en mi mente. Ayer te amé, te amo hoy y te amaré en otra vida posiblemente, con toda la fuerza que mi ser es capaz, con un amor atemporal capaz de franquear las barreras del tiempo. No repararé en caricias aunque tenga que imaginarlas. Tan dentro de mí mantengo tu esencia que no es fácil olvidarte, así, que no lo pretendo. Besaré tu boca, endulzaré tu mirada y ahuyentaré tu melancólica tristeza. Déjame que te diga aunque nunca lo sepas cuán desamparada está mi alma y, cómo, sin estar muerta, mi corazón en trágica agonía se quema. Ace...
Letras que discurren por un mar a veces calmo a veces tempestuoso por el que fluyen sentimientos y emociones que navegan al son en que late el corazón durante el temporal y la calma.