Se desprendieron lentamente las capas que cubrían su cuerpo, se desprendieron y fueron cayendo como sutiles y suaves plumas que el suelo alfombraron de graciles formas. Al desnudo quedó su ser, desprovisto de todo envoltorio, libre de prietas costuras que a su todo constreñían. Se dejó llevar por la ingravidez y el mágico fluir de su vaporosa forma y se elevó más allá de su vieja consciencia .
Una grata sensación de plenitud inundó su ser, ya no pesaba sobre sí el miedo y el terror que esclavizada y a sus órdenes la mantuvieran presa, ya no quedaba rastro de dolor en su fatigado cuerpo ni estigmas en su piel por tantos sufrimientos ocasionados en todos los tiempos.
Todo quedaba fuera de su interior, todo lo que la comprimía se alejó en un acto de amor y comprensión hacia sí, amor que las angustias le permitió liberar, que el fuego consiguió apagar, que el terror a lo no entendido le permitió afrontar. Un acto de amor y perdón hacia todo lo que le causó dolor, hacia el mal que ocasionó en su estado de inconsciencia.
Se deslizó por entre las claridades que asomaban por las ventanas de su cueva y pudo contemplar por fin la luz que tanto ansiaba descubrir. Se despojó de cargas inútiles que de poco o nada le servían, traspasó el umbral y voló, voló y voló muy alto hacia el infinito, libre de mortajas, desnuda y con el alma limpia.
Perfeccionó en el Universo su luz uniéndose al resto de millones de luces encendidas. Se preparó para un nuevo amanecer en el que volver a renacer sin marcas ni cicatrices, con el alma purificada al reencuentro de un nuevo día en el que de nueva consciencia se impregnara su esencia.
Imagen de la red
Una grata sensación de plenitud inundó su ser, ya no pesaba sobre sí el miedo y el terror que esclavizada y a sus órdenes la mantuvieran presa, ya no quedaba rastro de dolor en su fatigado cuerpo ni estigmas en su piel por tantos sufrimientos ocasionados en todos los tiempos.
Todo quedaba fuera de su interior, todo lo que la comprimía se alejó en un acto de amor y comprensión hacia sí, amor que las angustias le permitió liberar, que el fuego consiguió apagar, que el terror a lo no entendido le permitió afrontar. Un acto de amor y perdón hacia todo lo que le causó dolor, hacia el mal que ocasionó en su estado de inconsciencia.
Se deslizó por entre las claridades que asomaban por las ventanas de su cueva y pudo contemplar por fin la luz que tanto ansiaba descubrir. Se despojó de cargas inútiles que de poco o nada le servían, traspasó el umbral y voló, voló y voló muy alto hacia el infinito, libre de mortajas, desnuda y con el alma limpia.
Perfeccionó en el Universo su luz uniéndose al resto de millones de luces encendidas. Se preparó para un nuevo amanecer en el que volver a renacer sin marcas ni cicatrices, con el alma purificada al reencuentro de un nuevo día en el que de nueva consciencia se impregnara su esencia.
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Mi Marina bonita... volar y conseguir la pureza, volver sin la cicatriz o el estigma que nos ancla a lo terrenal. Tú has hecho que volara vaporosa en esta noche. La imagen es preciosa.
ResponderEliminarMil besitos que te lleguen y feliz semana ♥
Me alegra saber que hemos volado juntas en este viaje de letras...Muchas gracias mi preciosa Aurora por estar nuevamente presente.
EliminarQue tengas un bonito comienzo de semana, corazón
Besos y abrazos desde mi alma a la tuya.
Muy hermoso y acorde con lo que estoy pensando...
ResponderEliminarGracias, Marina.
Un abrazo
Hola querida Ana, me alegra que te haya gustado. Un placer verte de nuevo y muy agradecida por ello.
EliminarQue tengas un bonito inicio de semana.
Besos y abrazos infinitos.
Con esta prosa poética es muy fácil dejarse llevar y volar sin alas por todo el Universo. Magistral, querida amiga.
ResponderEliminarQue comiences muy bien la semana !!!
Bss.
Y en tu compañía el vuelo resulta de los más gratificante, Joquín!!!
EliminarMuchas gracias de nuevo por tus palabras querido amigo.
Besos y abrazos para ti también. Que tengas una bonita tarde.