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PUERTA CERRADA


















Cierras de nuevo tus puertas, 

te ocultas y te encierras 

para olvidar que estás vivo o para enterrarte en vida.

 Niegas de nuevo tu existencia y huyes al exilio, 

en apátrida te conviertes sin intentar demandar auxilio.

 Vuelves a instalarte en los profundos fosos que rodean tu castillo.

 La luz te ciega, 

no soportas ver más allá de las tinieblas en que te acomodas

 y te das por vencido.

El cansancio y el hastío te ahorcan en su áspera soga que obnubila tu 

entendimiento. 

Se pierde la razón por no seguir deshaciendo el hilo que aún queda en la

 madeja. 

Abandono y retraimiento, 

hermetismo dejas tras de ti al cerrar de nuevo la puerta.









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